1. Oráculo sobre Moab: ¡Sí, la noche que Ar fue devastada sucumbió Moab; la noche que Quir fue devastada, sucumbió Moab!

2. Ha subido la gente de Dibón a las alturas a llorar; sobre el Nebo y Madaba gime Moab. Toda cabeza, calva; toda barba, cortada;

3. en sus calles, vestidos de saco; en sus techos aúllan y en sus plazas, derritiéndose en lágrimas.

4. Gritan Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oye su voz: los guerreros de Moab se estremecen, se amedrenta su ánimo.

5. Mi corazón gime por Moab; sus fugitivos están ya en Soar, en Egla-Selisiyá. La subida de Lujit la suben llorando; por el camino de Joronáyim, lanzan gritos de angustia.

6. Las aguas de Nimrín son yermo desolado: se ha secado la hierba, se ha marchitado el verde, ya no hay verdor.

7. Por eso llevan lo que les queda, lo que han salvado, al otro lado del torrente de los Sauces.

8. Los lamentos recorren el territorio de Moab: hasta Egláyim llega su grito; su aullido, hasta Beer-Elín.

9. Porque están llenas de sangre las aguas de Dimón, y aún más añadiré a Dimón: un león sobre los escapados de Moab y sobre los que queden en el país.





“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina