Löydetty 284 Tulokset: falso profeta
Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi Nombre, yo mismo le pediré cuenta. (Deuteronomio 18, 19)
Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá". (Deuteronomio 18, 20)
Si lo que el profeta dice en nombre del Señor no se cumple y queda sin efecto, quiere decir que el Señor no ha dicho esa palabra. El profeta ha hablado temerariamente: no le temas. (Deuteronomio 18, 22)
Si un falso testigo se levanta contra un hombre y lo acusa de rebeldía, (Deuteronomio 19, 16)
Los jueces investigarán el caso cuidadosamente, y si se pone de manifiesto que el acusador es un testigo falso y ha atestiguado falsamente contra su hermano, (Deuteronomio 19, 18)
Nunca más surgió en Israel un profeta igual a Moisés -con quien el Señor departía cara a cara- (Deuteronomio 34, 10)
el Señor les envió un profeta, que les habló en estos términos: "Así habla el Señor, el Dios de Israel: Yo los hice subir de Egipto y los saqué de un lugar de esclavitud; (Jueces 6, 8)
Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel estaba acreditado como profeta del Señor. (I Samuel 3, 20)
-Antiguamente, en Israel, cuando alguien iba a consultar a Dios, decía: "Acudamos al vidente". Porque antes se llamaba "vidente" al que hoy se llama "profeta"-. (I Samuel 9, 9)
El profeta Gad dijo a David: "¡No te quedes en el refugio! Entra en el país de Judá". Entonces David partió y entró en el bosque de Járet. (I Samuel 22, 5)
el rey dijo al profeta Natán: "Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios está en una tienda de campaña". (II Samuel 7, 2)
Entonces el Señor le envió al profeta Natán. Él se presentó a David y le dijo: "Había dos hombres en una misma ciudad, uno rico y el otro pobre. (II Samuel 12, 1)