Encontrados 1393 resultados para: nacimiento de Jesús

  • Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: «¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!» (Evangelio según San Mateo 9, 2)

  • Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal? (Evangelio según San Mateo 9, 4)

  • Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó y lo siguió. (Evangelio según San Mateo 9, 9)

  • Como Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gente pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos. (Evangelio según San Mateo 9, 10)

  • Jesús los oyó y dijo: «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. (Evangelio según San Mateo 9, 12)

  • Jesús les contestó: «¿Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo, mientras el novio está con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán. (Evangelio según San Mateo 9, 15)

  • Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.» (Evangelio según San Mateo 9, 18)

  • Jesús se levantó y lo siguió junto con sus discípulos. (Evangelio según San Mateo 9, 19)

  • Jesús se dio vuelta y, al verla, le dijo: «Animo, hija; tu fe te ha salvado.» Y desde aquel momento, la mujer quedó sana. (Evangelio según San Mateo 9, 22)

  • Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente. (Evangelio según San Mateo 9, 23)

  • Después que echaron a toda la gente, Jesús entró, tomó a la niña por la mano, y la niña se levantó. (Evangelio según San Mateo 9, 25)

  • Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!» (Evangelio según San Mateo 9, 27)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina