Encontrados 109 resultados para: Abraham y Sara

  • Ahora bien, siendo ya muy anciano, su esposa Sara le ha dado un hijo al que ha dejado todo lo que posee. (Génesis 24, 36)

  • Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de su madre Sara. La hizo suya y fue su esposa. La amó y así se consoló por la muerte de su madre. (Génesis 24, 67)

  • Esta era la finca que Abrahán había comprado a los hititas, allí fueron sepultados Abrahán y su esposa Sara. (Génesis 25, 10)

  • Estos son los descendientes de Ismael, hijo de Abrahán y de Agar la egipcia, esclava de Sara. (Génesis 25, 12)

  • Te daré la tierra que di a Abraham e Isaac, y la daré a tus descendientes después de ti...» (Génesis 35, 12)

  • Volvió Jacob a la casa de su padre Isaac, a Mambré, junto a Quiryat-Arbe, (es decir, Hebrón), donde Abraham e Isaac habían vivido como forasteros. (Génesis 35, 27)

  • Luego bendijo a José diciendo: «Que el Dios ante el cual caminaron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor desde el día en que nací hasta hoy, (Génesis 48, 5)

  • el Angel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos muchachos. Que en ellos se perpetúe mi nombre y el nombre de mis padres Abraham e Isaac. Que lleguen a ser muy numerosos en esta tierra.» (Génesis 48, 16)

  • o sea, en la cueva que está en el campo de Macpelá, frente a Mambré, en el país de Canaán, el campo que Abraham compró a Efrón el hitita como lugar de su propiedad para sepulturas. (Génesis 49, 30)

  • Allí fue sepultado Abraham y su esposa Sara. Allí también fue sepultado Isaac y su esposa Rebeca, y allí sepulté yo a Lía. (Génesis 49, 31)

  • Lo trasladaron al país de Canaán y lo sepultaron en la cueva que hay en el campo de Macpelá, frente a Mambré, campo que Abraham había comprado a Efrón el hitita, como su propiedad para sepulturas. (Génesis 50, 13)

  • José dijo a sus hermanos: «Yo voy a morir, pero tengan la plena seguridad de que Dios los visitará y los hará subir de este país a la tierra que juró dar a Abraham, Isaac y Jacob.» (Génesis 50, 24)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina