Znaleziono 126 Wyniki dla: Rey Ezequías
Ezequías, viendo que Senaquerib avanzaba con la intención de atacar Jerusalén, (II Crónicas 32, 2)
Ezequías, lleno de ánimo, reparó las murallas en todos sus puntos débiles, levantó torres sobre ellas, construyó un segundo muro exterior, restauró el terraplén en la ciudad de David y al mismo tiempo fabricó gran cantidad de dardos y escudos. (II Crónicas 32, 5)
Con él no hay más que brazos de carne; con nosotros está el Señor, nuestro Dios, pronto a socorrernos y combatir nuestros combates". El pueblo cobró ánimo con las palabras de Ezequías, rey de Judá. (II Crónicas 32, 8)
Senaquerib, rey de Asiria, que estaba en Laquis con todo su ejército, envió una embajada a Jerusalén para decir a Ezequías, rey de Judá, y a todo el pueblo de Judá que estaba en Jerusalén: (II Crónicas 32, 9)
¿No os dais cuenta de que Ezequías os está engañando y exponiendo a morir de hambre y de sed mientras os dice: El Señor, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiria? (II Crónicas 32, 11)
¿No ha sido Ezequías quien ha destruido las colinas y sus altares y ha dicho a Judá y a Jerusalén que se postren sólo ante un altar y sólo en él quemen incienso? (II Crónicas 32, 12)
Así que no os dejéis engañar por Ezequías ni os dejéis seducir de esta manera. No le creáis, porque si ningún dios de nación o reino alguno pudo salvar a su pueblo de mi poder y del poder de mis padres, mucho menos podrá libraros a vosotros vuestro Dios". (II Crónicas 32, 15)
Esto y mucho más dijeron contra el Señor Dios y contra Ezequías, su servidor. (II Crónicas 32, 16)
Senaquerib escribió esta carta, en la que desafiaba al Señor, Dios de Israel: "De la misma manera que los dioses de los pueblos de la tierra no pudieron librarlos de mi poder, tampoco el Dios de Ezequías podrá librar a su pueblo de mi poder". (II Crónicas 32, 17)
El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al cielo. (II Crónicas 32, 20)
El Señor libró a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén del poder de Senaquerib, rey de Asiria, y de todos sus enemigos, dándoles paz en todas sus fronteras. (II Crónicas 32, 22)
Muchos llevaron ofrendas al Señor a Jerusalén y presentes a Ezequías, rey de Judá, que adquirió gran prestigio ante todas las naciones a raíz de estos acontecimientos. (II Crónicas 32, 23)