Znaleziono 53 Wyniki dla: decreto
Así, cuando el decreto promulgado por el rey sea conocido a lo largo y a lo ancho de su inmenso reino, todas las mujeres honrarán a sus maridos, desde el más grande hasta el más humilde". (Ester 1, 20)
En cada provincia, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, había un gran duelo entre los judíos, con ayunos, lágrimas y lamentaciones. Y el sayal y la ceniza sirvieron de lecho para muchos. (Ester 4, 3)
También le dio una copia del texto del decreto que se había promulgado en Susa ordenando ese exterminio. Él debía mostrárselo a Ester, informarla de todo y ordenarle que se presentara ante el rey para implorarle gracia y suplicarle en favor de su pueblo. (Ester 4, 8)
De inmediato, por orden del rey, partieron a toda velocidad los mensajeros montados en los caballos de las caballerizas reales, y el decreto fue promulgado también en la ciudadela de Susa. (Ester 8, 14)
En cada provincia y en cada ciudad, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, los judíos se sentían desbordantes de gozo y alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos entre la gente del país se profesaban judíos, porque el temor a los judíos se había apoderado de ellos. (Ester 8, 17)
El trece del duodécimo mes -que es el mes de Adar- día en que se debía ejecutar la orden del rey y su decreto, cuando los enemigos de los judíos esperaban dominarlos, se produjo un cambio de situación: de hecho, fueron los judíos los que se impusieron sobre sus enemigos. (Ester 9, 1)
Ester respondió: "Si al rey le parece bien, que a los judíos de Susa les sea permitido actuar también mañana conforme al decreto válido para hoy, y que los hijos de Amán sean colgados del patíbulo". (Ester 9, 13)
El rey ordenó que así se hiciera: en Susa se promulgó un decreto y los diez hijos de Amán fueron colgados. (Ester 9, 14)
No vas a morir; nuestro decreto vale solamente para la gente común. (Ester 15, 13)
Voy a proclamar el decreto del Señor: Él me ha dicho: "Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. (Salmos 2, 7)
El rey promulgó un decreto en todo su reino, ordenando que todos formaran un solo pueblo (I Macabeos 1, 41)
y al que se lo descubría con un libro de la Alianza en su poder, o al que observaba los preceptos de la Ley, se lo condenaba a muerte en virtud del decreto real. (I Macabeos 1, 57)