Znaleziono 349 Wyniki dla: espada afilada
A ustedes los desparramaré entre las ciudades y naciones; y los perseguiré con la espada. Sus tierras serán arruinadas y quedarán desiertas sus ciudades. (Levítico 26, 33)
A los que queden de ustedes les infundiré pánico en sus corazones en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja que cae los hará huir como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los persiga. (Levítico 26, 36)
Se atropellarán unos a otros como delante de la espada, aunque nadie los persiga. No se podrán tener en pie ante el enemigo. (Levítico 26, 37)
¿Por qué Yavé nos lleva a esa tierra? ¿Para que allí nos maten a espada y para que nuestras mujeres y nuestros niños sean esclavos? ¿No sería mejor para nosotros volver a Egipto?" (Números 14, 3)
Los amalecitas y los cananeos están frente a ustedes y perecerán a espada porque se han apartado de Yavé, y Yavé nos los acompañará". (Números 14, 43)
Edom respondió: "No pasarás por mi territorio, si lo haces saldré a tu encuentro con la espada en la mano". (Números 20, 18)
Israel lo derrotó a espada y conquistó su territorio desde el Arnón hasta el Jacob, hasta la frontera de Amón, pues la frontera de Amón estaba bien defendida. (Números 21, 24)
La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)
Balaam le respondió a su burra: ¿Y hasta te burlas de mí? Ojalá hubiera tenido una espada a mano porque te habría dado muerte inmediatamente. (Números 22, 29)
Entonces Yavé abrió los ojos de Balaam: vio al ángel de Yavé de pie en medio del camino, con su espada desenvainada en la mano. Se arrodilló y se postró con su nariz en tierra. (Números 22, 31)
Mataron también a los reyes de Madián: Eví, Requem, Sur, Jur y Rebá; eran los cinco reyes madianitas. Mataron también a espada a Balaam, hijo de Beor. (Números 31, 8)
Por fuera la espada hará estragos y dentro reinará el espanto. Caerán sobre el joven y la doncella, el niño de pecho y el viejo encanecido. (Deuteronomio 32, 25)