Fondare 16 Risultati per: entrega

  • Si un hombre entrega a otro un asno, buey, oveja, o cualquier otro animal para su custodia, y éstos mueren o sufren daño o son robados sin que nadie lo vea, (Exodo 22, 9)

  • y fueron a hablar con Moisés, diciendo: «El pueblo entrega más de lo que se precisa para la realización de las obras que Yahveh ha mandado hacer.» (Exodo 36, 5)

  • Dirás a los israelitas: Si un hombre cualquiera de entre los israelitas o de los forasteros que residen en Israel entrega uno de sus hijos a Mólek, morirá sin remedio; el pueblo de la tierra lo lapidara. (Levítico 20, 2)

  • ¡Ay de ti, Moab!, perdido estás, pueblo de Kemós. Entrega sus hijos a la fuga y sus hijas al cautiverio, en manos de Sijón, el rey amorreo. (Números 21, 29)

  • Destruirás, pues, todos esos pueblos que Yahveh tu Dios te entrega, sin que tu ojo tenga piedad de ellos; y no darás culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti. (Deuteronomio 7, 16)

  • Jefté respondió a los ancianos de Galaad: «Si me hacéis volver para combatir a los ammonitas y Yahveh me los entrega, yo seré vuestro jefe.» (Jueces 11, 9)

  • Hoy mismo te entrega Yahveh en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entragaré hoy mismo tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios para Israel. (I Samuel 17, 46)

  • Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yahveh, porque de Yahveh es el combate y os entrega en nuestras manos.» (I Samuel 17, 47)

  • A injustos Dios me entrega, me arroja en manos de malvados. (Job 16, 11)

  • Colérico, les dijo con juramento: «Si esta vez no se me entrega Judas y su ejército en mis manos, cuando vuelva, hecha la paz, prenderé fuego a esta Casa.» Y salió lleno de furor. (I Macabeos 7, 35)

  • Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la vida a su propio dueño. (Proverbios 1, 19)

  • Sámek. Hace túnicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñidores. (Proverbios 31, 24)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina