Fondare 910 Risultati per: vida nueva
¿Hay alguien entre ustedes que haya plantado una viña nueva y que todavía no ha podido disfrutar de ella? Vaya y regrese a su casa, no sea que muera en la guerra y otro pase a ser dueño de ella. (Deuteronomio 20, 6)
Si ella te la acepta y te abre las puertas, toda la gente que en ella se encuentre salvará su vida. Te pagarán impuestos y te servirán. (Deuteronomio 20, 11)
En cambio, no dejarás a nadie con vida en las ciudades que Yavé te da en herencia, (Deuteronomio 20, 16)
sino que dejarás que ella se vaya y tomarás para ti sólo las crías. Así tendrás prosperidad y larga vida. (Deuteronomio 22, 7)
Cuando construyas una casa nueva, harás alrededor de la azotea un pequeño muro, no sea que alguien se caiga desde arriba y tu casa quede manchada con sangre. (Deuteronomio 22, 8)
Lo multarán además en cien monedas de plata, que entregarán al padre de la joven, por haber difamado a una virgen de Israel. El marido tendrá que tomarla como esposa y no podrá repudiarla en toda su vida. (Deuteronomio 22, 19)
el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta monedas de plata, y la tomará por esposa. Y no podrá repudiarla en toda su vida, ya que la deshonró. (Deuteronomio 22, 29)
No se tomará en prenda el molino, ni la muela de piedra del molino, porque ello sería tomar en prenda la vida misma. (Deuteronomio 24, 6)
El fruto de tus campos, todos tus esfuerzos, los comerá un pueblo que no conoces y tú no serás más que un explotado y oprimido toda la vida. (Deuteronomio 28, 33)
Tu vida estará ante ti como pendiente de un hilo y andarás asustado de noche y de día. (Deuteronomio 28, 66)
Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y por la otra, el mal y la muerte. Lo que hoy te mando es que tú ames a Yavé, tu Dios, y sigas sus caminos. (Deuteronomio 30, 15)
Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia. (Deuteronomio 30, 19)