Fondare 204 Risultati per: aguas

  • Nínive parece un estanque de aguas; pero de aguas que se van, todos huyen. Nadie vuelve cuando se le grita: «Detente». (Nahún 2, 9)

  • ¿Eres acaso tú mejor que No-Amón, la ciudad situada entre los ríos, rodeada de aguas, que tenía el mar por antemuro? (Nahún 3, 8)

  • Jesús le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. (Evangelio según San Mateo 14, 29)

  • Tampoco perdonó al mundo antiguo, cuando desencadenó las aguas del diluvio sobre el mundo de los malvados, y solamente protegió a Noé, el octavo portavoz del bien. (2º Carta de Pedro 2, 5)

  • Y por la misma palabra este mundo pereció anegado por las aguas del diluvio. (2º Carta de Pedro 3, 6)

  • porque el Cordero que está junto al trono será su pastor y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida, y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.» (Apocalipsis 7, 17)

  • La estrella se llama Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió a causa de las aguas que se habían vuelto amargas. (Apocalipsis 8, 11)

  • Tienen poder para cerrar el cielo y que no caiga lluvia mientras dure su misión profética; tienen también poder para convertir las aguas en sangre y castigar la tierra con toda clase de plagas siempre que quieran. (Apocalipsis 11, 6)

  • Y oí al ángel de las aguas que decía: «Tú, el que eras y eres, el Santo, eres justo al castigarlos de este modo, (Apocalipsis 16, 5)

  • El sexto ángel derramó su copa en el gran río Eufrates, y sus aguas se secaron, dejando un paso libre para los reyes de oriente. (Apocalipsis 16, 12)

  • Entonces vino uno de los siete ángeles de las siete copas y me dijo: «Ven, que te voy a mostrar el juicio de la famosa prostituta que se sienta al borde de las grandes aguas; (Apocalipsis 17, 1)

  • El ángel prosiguió: «Las aguas que has visto, a cuyo borde está sentada la prostituta, representan pueblos, multitudes y naciones de todos los idiomas. (Apocalipsis 17, 15)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina