Fondare 106 Risultati per: órdenes
En cuanto ella terminó de hablar, el joven dijo: «¿Qué esperan? No obedezco las órdenes del rey sino los preceptos de la Ley dada a nuestros padres por Moisés. (2 Macabeos 7, 30)
Luego se pusieron en marcha bajo las órdenes de su jefe y la lucha se entabló cerca de Desau. (2 Macabeos 14, 16)
Pero no podía oponerse a las órdenes del rey; por eso, buscaba la ocasión para cumplirlas por medio de algún engaño. (2 Macabeos 14, 29)
¡Hijo mío, guarda mis palabras, conserva como cosa preciosa mis consejos. Observa mis órdenes y vivirás, guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos. Apriétalos firmemente entre tus dedos, inscríbelos en las tablillas de tu corazón! (Proverbios 7, 1)
Los objetos celestes no chocan con sus vecinos, ni desobedecen jamás sus órdenes. (Sirácides (Eclesiástico) 16, 28)
Todas esas cosas se alegran de ejecutar sus órdenes. Están listas para cuando sea necesario, y llegado el momento no desobedecerán sus órdenes. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 31)
«Yo he dado órdenes a mis Santos, a mis guerreros alegres y gloriosos, instrumentos de mi venganza.» (Isaías 13, 3)
Así habla Yavé, el Santo, aquel que formó a Israel: «¿Me van a criticar acerca de mis hijos, me van a dar órdenes sobre lo que deba hacer? (Isaías 45, 11)
Según dicen, me andan buscando día a día y se esfuerzan por conocer mis caminos, como una nación que practica la justicia y no descuida las órdenes de su Dios. Vienen a preguntarme cuáles son sus obligaciones y desean la amistad de Dios. (Isaías 58, 2)
Yavé me respondió: Estos profetas andan anunciando mentiras en mi nombre; yo no los mandé, ni les di órdenes, ni les hablé. Falsas visiones, adivinaciones sin cometido, sueños de su imaginación, eso es lo que profetizan. (Jeremías 14, 14)
Voy a castigar los profetas de sueños mentirosos que son buenos para contarlos y que desorientan a mi pueblo con sus embustes y extravagancias. Yo no los he enviado ni les mandado órdenes, y no sirven para nada a este pueblo, dice Yavé. (Jeremías 23, 32)
Pero el rey Joaquim envió a Egipto a algunos hombres a las órdenes de Elnatán, hijo de Acbor, que sacaron a Urías de Egipto (Jeremías 26, 22)