Talált 222 Eredmények: fuerza
a fuerza de gemir sólo tengo la piel pegada al hueso. (Salmos 102, 6)
mi fuerza y mi grito de guerra es él, a él le debo la victoria. (Salmos 118, 14)
Oh Señor, Señor mío, la fuerza que me salva, tú cubres mi cabeza el día del combate. (Salmos 140, 8)
Abusando de la fuerza, se ensañaban con los israelitas que descubrían cada mes en las ciudades. (I Macabeos 1, 58)
porque en la guerra la victoria no está en la muchedumbre del ejército, pues la fuerza viene del cielo. (I Macabeos 3, 19)
Haz que este ejército caiga en manos de tu pueblo Israel, que queden confundidos con su fuerza y con su caballería, (I Macabeos 4, 31)
Lisias, al ver la huida de los suyos y el entusiasmo de los judíos, dispuestos a vivir o a morir como héroes, se volvió a Antioquía para reclutar mercenarios y volver a Judea con más fuerza que antes. (I Macabeos 4, 35)
Luego partió aprisa y volvió a Antioquía, donde encontró a Filipo dueño de la ciudad. Luchó contra él, y se apoderó de la ciudad por la fuerza. (I Macabeos 6, 63)
Cuando Alcimo comprendió que Judas y los suyos le superaban en fuerza y que no podía oponerse a ellos, se volvió al rey y los acusó de muchos delitos. (I Macabeos 7, 25)
El ejército enemigo salió del campo y le hizo frente con la caballería dividida en dos alas; los hombres y los arqueros, todos valientes, avanzaban a la cabeza del ejército como fuerza de choque. Báquides iba en el ala derecha. (I Macabeos 9, 11)
Dio fuerza a los humildes de su pueblo, dispersó a los malvados y perversos, fue observante de la ley. (I Macabeos 14, 14)
Timoteo, que había sido vencido antes por los judíos, reunió una tropa ingente de mercenarios; unió a esta fuerza una buena parte de la caballería de Asia y se encaminó a Judea para hacer la guerra y apoderarse de ella. (II Macabeos 10, 24)