Talált 114 Eredmények: Nabucodonosor

  • Nabucodonosor llevó al destierro de Babilonia a todos los que habían escapado de la espada, los cuales pasaron a ser esclavos del rey y de sus hijos hasta el establecimiento del reino persa. (II Crónicas 36, 20)

  • El rey Ciro entregó los utensilios del templo del Señor que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén para el templo de su dios. (Esdras 1, 7)

  • Éstos son los israelitas de la provincia de Judá que regresaron del destierro de Babilonia, donde los había deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y Judá, cada uno a su ciudad. (Esdras 2, 1)

  • Pero nuestros padres irritaron al Dios del cielo, y él los entregó en manos del caldeo Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual destruyó este templo y deportó el pueblo a Babilonia. (Esdras 5, 12)

  • Además, el rey Ciro mandó sacar del templo de Babilonia los utensilios de oro y plata del templo de Dios, que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén para ponerlos en el templo de Babilonia, y se los entregó a un hombre llamado Sesbasar, a quien había nombrado gobernador. (Esdras 5, 14)

  • Además, los utensilios de oro y plata del templo de Dios, que Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y se llevó a Babilonia, serán restituidos, devueltos al templo de Jerusalén y colocados en su sitio propio en el templo de Dios. (Esdras 6, 5)

  • Éstos son los israelitas de la provincia de Judá que regresaron del destierro de Babilonia, donde los había deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y Judá, cada uno a su ciudad. (Nehemías 7, 6)

  • Doce años hacía que Nabucodonosor, rey de Asiria, reinaba en la gran ciudad de Nínive, al mismo tiempo que Arfaxad, rey de Media, reinaba en Ecbatana. (Judit 1, 1)

  • Por entonces el rey Nabucodonosor declaró la guerra al rey Arfaxad en la amplia llanura que se encuentra en los confines de Ragau. (Judit 1, 5)

  • Nabucodonosor, rey de Asiria, envió emisarios a todos los habitantes de Persia y a todos los de las regiones occidentales, a los de Cilicia, Damasco, Líbano y Antilíbano, a todos los del litoral, (Judit 1, 7)

  • Pero los habitantes de todas estas regiones despreciaron el llamamiento de Nabucodonosor, rey de Asiria, y no fueron con él a la guerra, porque no le temían; lo consideraban como un hombre cualquiera. Despidieron a sus emisarios con las manos vacías y llenos de vergüenza. (Judit 1, 11)

  • Entonces Nabucodonosor se llenó de ira contra todas estas regiones y juró por su trono y por su imperio vengarse con su espada de las regiones de Cilicia, de Damasco y de Siria, así como de todos los habitantes de Moab, Amón, Judea y Egipto hasta los límites de los dos mares. (Judit 1, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina