Talált 66 Eredmények: llenos

  • En viéndole todos los hombres de Israel huyeron delante de él, llenos de miedo. (I Samuel 17, 24)

  • El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le han ungido rey en Guijón; han subido de allí llenos de gozo; la ciudad está alborotada; y ése es el tumulto que habéis oído. (I Reyes 1, 45)

  • Inmolaron la Pascua el día catorce del mes segundo. También los sacerdotes y los levitas, llenos de confusión, se santificaron y trajeron holocaustos a la Casa de Yahveh. (II Crónicas 30, 15)

  • Edna dijo a Tobías: «Hijo y hermano queridísimo: Que el Señor te devuelva y que yo viva hasta ver tus hijos y de mi hija Sarra antes de morir. En presencia del Señor te entrego a mi hija en custodia; no le causes tristeza en todos los días de tu vida. Vete en paz, hijo. A partir de ahora, yo soy tu madre y Sarra es tu hermana. ¡Ojalá pudiéramos vivir juntos todos los días de nuestra vida!» Y besando a los dos, los dejó partir llenos de gozo. (Tobías 10, 13)

  • Se turbaron ambos y cayeron sobre sus rostros, llenos de terror. (Tobías 12, 16)

  • No son sabios los que están llenos de años, ni los viejos quienes comprenden lo que es justo. (Job 32, 9)

  • Piensa en la alianza, que están llenos los rincones del país de guaridas de violencia. (Salmos 74, 20)

  • nuestros graneros llenos, rebosantes de frutos de toda especie, nuestras ovejas, a millares, a miríadas, por nuestras praderías; (Salmos 144, 13)

  • Cuando supieron los enemigos que Jonatán y los suyos estaban preparados para el combate, sintieron miedo y, llenos de pánico, encendieron fogatas por su campamento y se retiraron. (I Macabeos 12, 28)

  • Ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos están llenos de miserias. (Proverbios 12, 21)

  • Los que temen al Señor buscan su agrado, los que le aman quedan llenos de su Ley. (Eclesiástico 2, 16)

  • Sean ricos, llenos de gloria o pobres, su orgullo es el temor del Señor. (Eclesiástico 10, 22)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina