Talált 294 Eredmények: ejércitos celestiales
Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, (Salmos 80, 15)
¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados! (Salmos 80, 20)
¡Bendigan al Señor, todos sus ejércitos, sus servidores, los que cumplen su voluntad! (Salmos 103, 21)
alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus ejércitos. (Salmos 148, 2)
alábenlo, espacios celestiales y aguas que están sobre el cielo. (Salmos 148, 4)
Cuando se enfrentaron los dos ejércitos, cayeron en el combate unos cinco mil hombres de Lisias. (I Macabeos 4, 34)
Le comunicaron que Lisias había ido al frente de un poderoso ejército, pero había tenido que retroceder ante los judíos, y que éstos habían acrecentado su poder, gracias a las armas y al cuantioso botín tomado a los ejércitos vencidos. (I Macabeos 6, 6)
El día trece del mes de Adar, los ejércitos entraron en combate y el de Nicanor fue desbaratado. El primero en caer fue el mismo Nicanor, (I Macabeos 7, 43)
Los hombres de Judas también tocaron las trompetas y la tierra tembló por el estruendo de los ejércitos. La lucha se inició al amanecer y duró hasta la tarde. (I Macabeos 9, 13)
En los ejércitos del rey se alistarán hasta treinta mil judíos que percibirán el mismo sueldo que las demás tropas del rey. (I Macabeos 10, 36)
Jonatán lo persiguió en dirección a Azoto, y los dos ejércitos entablaron batalla. (I Macabeos 10, 78)
y las manifestaciones celestiales a los que combatieron valerosamente en favor del Judaísmo -los cuales, siendo tan pocos, saquearon todo el país, expulsaron las hordas extranjeras, (II Macabeos 2, 21)