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  • Pondrás el velo debajo de los ganchos, y detrás de él colocarás el Arca del Testimonio. Así el velo marcará la división entre el Santo y el Santo de los Santos. (Exodo 26, 33)

  • Los israelitas acamparán por regimientos, cada uno con su propia división y bajo sus respectivos estandartes. (Números 1, 52)

  • Los enrolados en la división de Judá, agrupados por regimientos, eran en total 186.400. Ellos avanzarán a la vanguardia. (Números 2, 9)

  • Los enrolados en la división de Rubén, agrupados por regimientos, eran en total 151.450. Ellos avanzarán en segundo lugar. (Números 2, 16)

  • Los enrolados en la división de Efraím, agrupados por regimientos, eran en total 108.100. Ellos avanzarán en tercer lugar. (Números 2, 24)

  • Los enrolados en la división de Dan eran en total 157.600. Ellos avanzarán a la retaguardia, con sus estandartes. (Números 2, 31)

  • el primero en partir fue el estandarte de la división de Judá, distribuida por regimientos. Al frente de sus tropas iba Najsón, hijo de Aminadab; (Números 10, 14)

  • Luego avanzó el estandarte de la división de Rubén, distribuida por regimientos. Al frente de sus tropas iba Elisur, hijo de Sedeur; (Números 10, 18)

  • A continuación avanzó el estandarte de la división de Efraím, distribuida por regimientos. Al frente de sus tropas iba Elisamá, hijo de Amihud; (Números 10, 22)

  • Su servidor Zimrí, jefe de media división de los carros de guerra, conspiró contra él; y mientras Elá estaba en Tirsá, bebiendo hasta embriagarse en casa de Arsá, el mayordomo de palacio, (I Reyes 16, 9)

  • El número de los israelitas -incluyendo los jefes de familia, los jefes de mil y cien hombres y los oficiales que servían al rey en lo referente a las divisiones que entraban y salían de servicio cada mes, a lo largo de todo el año- era de 24.000 hombres por cada división. (I Crónicas 27, 1)

  • Al frente de la primera división, la del primer mes, estaba Iasobám, hijo de Zabdiel: su división tenía 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 2)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina