Talált 238 Eredmények: Piedra viva
Por eso tomé las dos tablas de piedra, las arrojé violentamente, y las hice añicos en presencia de todos. (Deuteronomio 9, 17)
En aquel tiempo, el Señor me dijo: "Talla dos tablas de piedra iguales a las primeras y sube a la montaña para encontrarte conmigo. Construye también un arca de madera. (Deuteronomio 10, 1)
Hice un arca de madera de acacia, tallé dos tablas de piedra iguales a las primeras y subí a la montaña con las dos tablas en la mano. (Deuteronomio 10, 3)
Y ustedes se alegrarán en la presencia del Señor, su Dios, junto con sus hijos y sus hijas, sus esclavos y sus esclavas, y también con el levita que viva en sus ciudades, ya que él no tendrá posesión ni herencia entre ustedes. (Deuteronomio 12, 12)
Lo harás en presencia del Señor, tu Dios -en el lugar elegido por él- junto con tu hijo y tu hija, tu esclavo y tu esclava, y con el levita que viva en tu ciudad. Y en la presencia del Señor, tu Dios, te alegrarás por todos los beneficios que hayas obtenido de tu trabajo. (Deuteronomio 12, 18)
Te alegrarás en la presencia del Señor, tu Dios -en el lugar que él elija para constituirlo morada de su Nombre- junto con tu hijo y tu hija, con tu esclavo y tu esclava, con el levita que viva en tu ciudad, y con el extranjero, el huérfano y la viuda que estén contigo. (Deuteronomio 16, 11)
Nadie tomará en prenda un molino de mano y ni siquiera la piedra movible del molino, porque ello sería tomar en prenda la vida de una persona. (Deuteronomio 24, 6)
Allí erigirás también un altar de piedra en honor del Señor, tu Dios. No usarás ningún instrumento de hierro para trabajar las piedras, (Deuteronomio 27, 5)
El Señor los deportará, a ti y al rey que hayas puesto para que te gobierne, a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses, dioses de madera y de piedra. (Deuteronomio 28, 36)
El extranjero que viva en tu país subirá cada vez más alto, mientras que tú caerás cada vez más bajo. (Deuteronomio 28, 43)
El Señor te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo al otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses que ni tú ni tus padres conocían, dioses de madera y de piedra. (Deuteronomio 28, 64)
Allí vieron los ídolos abominables y los fetiches que ellas tienen, y que no son más que madera y piedra, plata y oro. (Deuteronomio 29, 16)