Talált 179 Eredmények: alma abatida

  • más bien te celebrará el alma llena de aflicción del que camina inclinado y sin fuerzas, con los ojos desfallecidos y el alma hambrienta. Esos reconocerán tu gloria y justicia, Señor. (Baruc 2, 18)

  • Señor todopoderoso, Dios de Israel, un alma angustiada, un espíritu turbado es quien te clama. (Baruc 3, 1)

  • Pero, a lo menos, que al presentarnos con alma contrita y espíritu humillado te seamos agradables, más que cuando íbamos con carneros y becerros consumidos por el fuego y con miles de gordos corderos (Daniel 3, 39)

  • Cuando en mí se me desfallecía el alma, me acordé de Yavé, y mi oración llegó a ti, a tu santo templo. (Jonás 2, 8)

  • Por esta razón los dispersé entre naciones desconocidas para ellos y a sus espaldas dejaron un país desolado y sin alma viviente. Por culpa de ellos un país fértil se convirtió en un desierto. (Zacarías 7, 14)

  • No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. (Evangelio según San Mateo 10, 28)

  • Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. (Evangelio según San Mateo 22, 37)

  • Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. (Evangelio según San Marcos 12, 30)

  • y les dijo: «Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense aquí y permanezcan despiertos.» (Evangelio según San Marcos 14, 34)

  • María dijo entonces: Proclama mi alma la grandeza del Señor, (Evangelio según San Lucas 1, 46)

  • mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.» (Evangelio según San Lucas 2, 35)

  • El hombre contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» (Evangelio según San Lucas 10, 27)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina