pronađen 13 Rezultati za: marfil

  • El rey hizo, además, un gran trono de marfil, al que recubrió de oro fino. (I Reyes 10, 18)

  • Porque el rey tenía en el mar una flota mercante, junto con la flota de Jirám, y una vez cada tres años las naves llegaban cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (I Reyes 10, 22)

  • El resto de los hechos de Ajab y todo lo que él hizo, la casa de marfil que edificó y las ciudades que construyó, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? (I Reyes 22, 39)

  • El rey hizo, además, un gran trono de marfil, al que recubrió de oro puro. (II Crónicas 9, 17)

  • Porque el rey disponía de una flota que iba a Tarsis con los servidores de Jirám, y una vez cada tres años las naves de alta mar llegaban cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (II Crónicas 9, 21)

  • tus vestiduras exhalan perfume de mirra, áloe y acacia. Las arpas te alegran desde los palacios de marfil; (Salmos 45, 9)

  • Sus manos, brazaletes de oro, adornados con piedras de Tarsis. Su vientre, un bloque de marfil, todo incrustado de zafiros. (Cantar 5, 14)

  • Tu cuello es como una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón, junto a la puerta Mayor. Tu nariz es como la Torre del Líbano, centinela que mira hacia Damasco. (Cantar 7, 5)

  • Con encinas de Basán hicieron tus remos. Te hicieron la cubierta de marfil incrustado en madera de pino de las costas de Quitím. (Ezequiel 27, 6)

  • Los hombres de Rodas traficaban contigo; numerosas islas participaban de tu comercio: te daban como pago colmillos de marfil y madera de ébano. (Ezequiel 27, 15)

  • Derribaré la casa de invierno junto con la casa de verano; desaparecerán las casas de marfil y las mansiones se derrumbarán -oráculo del Señor-. (Amós 3, 15)

  • Acostados en lechos de marfil y apoltronados en sus divanes, comen los corderos del rebaño y los terneros sacados del establo. (Amós 6, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina