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  • Lo demás referente a Ajab está en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel; allí mencionan sus obras, la casa de marfil que construyó y las ciudades que edificó. (1 Reyes 22, 39)

  • Lo demás referente a Josafat, sus hazañas y sus guerras, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (1 Reyes 22, 46)

  • Lo demás referente a Ocozías, lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 1, 18)

  • Lo demás, referente a Joram y todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 8, 23)

  • Lo demás referente a Jehú, todo lo que hizo y su valentía, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 10, 34)

  • Lo demás referente a Joás, todo cuanto hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 12, 20)

  • Lo demás referente a Joacaz, todo cuanto hizo y su valentía, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 13, 8)

  • Lo demás referente a Joás, todo cuanto hizo, su valentía y cómo combatió contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 13, 12)

  • Lo demás referente a Joás, su valentía y cómo combatió contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 14, 15)

  • Lo demás referente a Amasías está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 14, 18)

  • Lo demás referente a Jeroboam, todo lo que hizo y la valentía con que peleó, y cómo combatió, devolviendo Jamat y Damasco a Israel, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 14, 28)

  • Lo demás referente a Azarías, todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 15, 6)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina