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El día aquel -dice el Señor- desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los jefes; los sacerdotes quedarán consternados, y estupefactos los profetas. (Jeremías 4, 9)
Y los profetas no son más que el viento, la palabra en ellos no se alberga". (Jeremías 5, 13)
Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. ¡Y mi pueblo en ello se complace! Mas ¿qué haréis cuando llegue el fin? (Jeremías 5, 31)
Desde el día en que vuestros padres salieron de Egipto hasta el presente, os he mandado continuamente a mis siervos, los profetas. (Jeremías 7, 25)
En aquel tiempo -dice el Señor- sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los de los príncipes, los de los sacerdotes, los de los profetas y los de los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 8, 1)
Y tú les replicarás: "Esto dice el Señor: Voy a emborrachar a todos los habitantes de este país, a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 13, 13)
Yo exclamé: "¡Ah, Señor Dios! Mira que los profetas les dicen: No veréis la espada ni sufriréis hambre, sino que os daré una paz segura en este lugar". (Jeremías 14, 13)
Y el Señor me contestó: "Estos profetas anuncian mentiras en mi nombre; yo no les he enviado, no les he dado órdenes, no les he hablado. Visiones falsas, vanos presagios, fantasías de su propia invención, eso es lo que profetizan". (Jeremías 14, 14)
Por eso, esto dice el Señor: "Esos profetas que hablan en mi nombre sin que yo les haya mandado, y que opinan que no habrá en este país espada ni hambre, esos profetas morirán a espada y de hambre; (Jeremías 14, 15)
Si salgo al campo, sólo veo caídos a espada; si entro en la ciudad, allí están las angustias del hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes vagan por el país. ¡Ya no lo conocen! (Jeremías 14, 18)
Contra los profetas: "Mi corazón se rompe dentro de mí, todos mis miembros se estremecen; soy como un borracho, como un hombre vencido por el vino ante el Señor y sus santas palabras. (Jeremías 23, 9)
En los profetas de Samaría vi cosas repugnantes: profetizaban en nombre de Baal y pervertían a mi pueblo Israel. (Jeremías 23, 13)