Trouvé 1709 Résultats pour: pueblo escogido

  • Simeón acaba de recordar cómo Dios, desde el primer momento, intervino para formarse con gentes paganas un pueblo a su nombre. (Hecho de los Apóstoles 15, 14)

  • Los judíos no se quedaron pasivos: reunieron a unos cuantos vagos y maleantes, armaron un motín y alborotaron la ciudad. Hicieron una demostración frente a la casa de Jasón, pues querían a Pablo y Silas para llevarlos ante la asamblea del pueblo. (Hecho de los Apóstoles 17, 5)

  • Lograron impresionar al pueblo y a los magistrados que los oían, (Hecho de los Apóstoles 17, 8)

  • Pero cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo estaba predicando la Palabra de Dios en Berea, fueron también allá para agitar al pueblo y crear disturbios. (Hecho de los Apóstoles 17, 13)

  • Habiendo sacado de un solo tronco toda la raza humana, quiso que se estableciera sobre toda la faz de la tierra, y fijó para cada pueblo cierto lugar y cierto momento de la historia. (Hecho de los Apóstoles 17, 26)

  • pues en esta ciudad me he reservado un pueblo numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño.» (Hecho de los Apóstoles 18, 10)

  • Entonces Pablo les explicó: «Si bien Juan bautizaba con miras a un cambio de vida, pedía al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús.» (Hecho de los Apóstoles 19, 4)

  • En cierto momento algunos hicieron salir de entre la gente a un tal Alejandro, a quien los judíos empujaban adelante. Quería justificarlos ante el pueblo y pidió silencio con la mano. (Hecho de los Apóstoles 19, 33)

  • y gritaron: «¡Israelitas, ayúdennos! Este es el hombre que por todas partes predica a todos en contra de nuestro pueblo, de la Ley y de este Lugar Santo. Y ahora incluso ha introducido a unos griegos dentro del Templo, profanando este Lugar Santo.» (Hecho de los Apóstoles 21, 28)

  • Pablo respondió: «Yo soy judío, ciudadano de Tarso, ciudad muy conocida de Cilicia. Permíteme, por favor, hablar al pueblo.» (Hecho de los Apóstoles 21, 39)

  • El comandante se lo permitió. Entonces Pablo, de pie en la escalinata, hizo un gesto con la mano y se produjo un gran silencio. Después empezó a hablar al pueblo en lengua hebrea. (Hecho de los Apóstoles 21, 40)

  • Pablo contestó: «Hermanos, yo no sabía que fuera el sumo sacerdote, pues está escrito: No insultarás al jefe de tu pueblo.» (Hecho de los Apóstoles 23, 5)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina