Trouvé 10 Résultats pour: dagón

  • de ahí vuelven por el oriente hacia Bet Dagón; colindan con Zabulón y el valle de Jeftael al norte, hasta Betemec y Nehiel; se extienden por la izquierda hacia Cabul, (Josué 19, 27)

  • Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón y para hacer una gran fiesta, pues decían: «Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo.» Como todos se sentían alegres, dijeron: (Jueces 16, 23)

  • Allí la pusieron en el templo de Dagón, colocándola junto al ídolo de Dagón. (1 Samuel 5, 2)

  • Al otro día, cuando se levantaron los asdodeos, vieron que Dagón estaba boca abajo en el suelo, delante del Arca de Yavé. Levantaron a Dagón y lo volvieron a poner en su lugar. (1 Samuel 5, 3)

  • Pero al amanecer del día siguiente encontraron otra vez a Dagón en el suelo delante del Arca de Yavé; su cabeza y sus manos estaban rotas en el umbral de la puerta, solamente el tronco de Dagón había quedado donde cayó. (1 Samuel 5, 4)

  • Al ver lo que pasaba, los asdodeos dijeron: «Que no quede entre nosotros el Arca del Dios de Israel, porque su mano se hizo pesada sobre nosotros y contra el dios Dagón.» (1 Samuel 5, 7)

  • Depositaron las armas de Saúl en el templo de sus dioses y clavaron su cráneo en el templo de Dagón. (1 Crónicas 10, 10)

  • La caballería se dispersó por la llanura y los fugitivos llegaron a Azoto, entrando en el templo de Dagón, su ídolo, para salvar su vida. (1 Macabeos 10, 83)

  • Pero Jonatán incendió Azoto y los pueblos cercanos apoderándose de sus despojos. Quemó también el templo de Dagón con todos los que se habían refugiado en él. (1 Macabeos 10, 84)

  • Cuando se acercó a Azoto, le mostraron el templo de Dagón incendiado, Azoto y sus alrededores destruidos, los cadáveres abandonados y los restos calcinados de todos aquellos que Jonatán hizo perecer en la guerra, pues los habían dispuesto en montones a lo largo del recorrido del rey. (1 Macabeos 11, 4)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina