Löydetty 244 Tulokset: lluvia de piedras
Tomaron a Absalón y lo echaron en una gran fosa en el bosque, y pusieron sobre él un gran montón de piedras. Todos los israelitas habían huido, cada uno a su tienda. (II Samuel 18, 17)
es como luz de la mañana al levantarse el sol; una mañana sin nubes, que después de la lluvia hace germinar la tierra. (II Samuel 23, 4)
El rey ordenó que se trajesen grandes bloques de piedra para cimentar el edificio con piedras sillares; (I Reyes 5, 31)
y las labraron los canteros de Salomón, los canteros de Jirán y los guiblios. Así prepararon el maderamen y las piedras para la fábrica del templo. (I Reyes 5, 32)
En la construcción del templo se emplearon piedras entalladas en la misma cantera, de suerte que mientras se construía el edificio no se oyó golpe de martillo, de hacha u otro cualquier instrumento de hierro en el templo. (I Reyes 6, 7)
Todo esto era de piedras costosas, talladas a escuadra, cortadas con la sierra, por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas y desde fuera hasta el atrio grande. (I Reyes 7, 9)
Los fundamentos eran de piedras costosas, grandes piedras de cuatro y cinco metros; (I Reyes 7, 10)
y la alzada, de piedras costosas, talladas a escuadra, y de madera de cedro. (I Reyes 7, 11)
El atrio grande tenía en derredor tres órdenes de piedras, talladas a escuadra, y uno de vigas de cedro; y lo mismo el atrio interno del templo del Señor y el atrio del palacio. (I Reyes 7, 12)
Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia por haber pecado contra ti, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten a causa de tu castigo, (I Reyes 8, 35)
escucha tú en el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enséñales el buen camino por donde deben andar y manda la lluvia sobre la tierra que le diste en heredad. (I Reyes 8, 36)
Entró en Jerusalén con un gran séquito de camellos, cargados de aromas y oro en abundancia, y de piedras preciosas; se presentó a Salomón, y le propuso todo lo que pensaba. (I Reyes 10, 2)