Löydetty 26 Tulokset: Ayuno
David suplicó a Dios por el niño; hizo David un ayuno riguroso y entrando en casa pasaba la noche acostado en tierra. (II Samuel 12, 16)
En las cartas había escrito: «Proclamad un ayuno y haced sentar a Nabot a la cabeza del pueblo. (I Reyes 21, 9)
Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot a la cabeza del pueblo. (I Reyes 21, 12)
Cuando Ajab oyó estas palabras desgarró sus vestidos y se puso un sayal sobre su carne, ayunó y se acostó con el sayal puesto; y caminaba a paso lento. (I Reyes 21, 27)
Tuvo miedo y se dispuso a buscar a Yahveh promulgando un ayuno para todo Judá. (II Crónicas 20, 3)
Allí, a orillas del río Ahavá, proclamé un ayuno para humillarnos delante de nuestro Dios y pedirle un viaje feliz para nosotros, nuestros hijos y nestros bienes. (Esdras 8, 21)
«Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con justicia que la riqueza con iniquidad. Mejor es hacer limosna que atesorar oro. (Tobías 12, 8)
El Señor oyó su voz y vio su angustia. El pueblo ayunó largos días en toda Judea y en Jerusalén, ante el santuario del Señor Omnipotente. (Judit 4, 13)
Yo, en cambio, cuando eran ellos los enfermos, vestido de sayal, me humillaba con ayuno, y en mi interior repetía mi oración; (Salmos 35, 13)
Si mortifico mi alma con ayuno, se me hace un pretexto de insulto; (Salmos 69, 11)
Por tanto ayuno se doblan mis rodillas, falta de aceite mi carne ha enflaquecido; (Salmos 109, 24)
¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla el hombre? ¿Había que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamáis ayuno y día grato a Yahveh? (Isaías 58, 5)