Löydetty 760 Tulokset: tercer cielo
Y si alguien come al tercer día carne de su sacrificio de comunión, la víctima no será aceptada: no le será aceptada al que la ofrece, porque se ha convertido en algo nocivo; y la persona que coma esa carne cargará con su culpa. (Levítico 7, 18)
La víctima deberá ser comida el mismo día en que ofrezcan el sacrificio, o al día siguiente, y lo que quede para el tercer día, será quemado. (Levítico 19, 6)
Y si alguien come algo al tercer día, la víctima no le será aceptada, porque se ha convertido en algo nocivo. (Levítico 19, 7)
Humillaré esa enorme soberbia, haciendo que el cielo sea para ustedes como hierro y la tierra como bronce. (Levítico 26, 19)
Los enrolados en la división de Efraím, agrupados por regimientos, eran en total 108.100. Ellos avanzarán en tercer lugar. (Números 2, 24)
El tercer día presentó su ofrenda Eliab, hijo de Jelón, jefe de la tribu de Zabulón. (Números 7, 24)
El tercer día ofrecerán once novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto, (Números 29, 20)
El Señor, su Dios, los ha multiplicado de tal manera, que hoy ustedes son numerosos como las estrellas del cielo. (Deuteronomio 1, 10)
¿Adónde iremos? Nuestros hermanos nos dejaron sin aliento, cuando nos dijeron: ‘Son gente más grande y más alta que nosotros; las ciudades son enormes y están provistas de murallas que se elevan hasta el cielo. Allí vimos también a los anaquitas’". (Deuteronomio 1, 28)
A partir de este momento, haré que el pánico y el terror se apoderen de todos los pueblos que están bajo el cielo: el que oiga hablar de ti, temblará y se estremecerá de espanto". (Deuteronomio 2, 25)
"Señor, tú que has comenzado a mostrar a tu servidor tu grandeza y tu mano poderosa, porque no hay ningún dios en el cielo o en la tierra capaz de realizar las obras y los portentos que tú realizas: (Deuteronomio 3, 24)
Ustedes se acercaron y permanecieron al pie de la montaña, mientras la montaña ardía envuelta en un fuego que se elevaba hasta lo más alto del cielo, entre negros nubarrones y una densa oscuridad. (Deuteronomio 4, 11)