Löydetty 294 Tulokset: ejércitos celestiales

  • De ella recibe su nombre el mes; ella crece admirablemente en sus ciclos, es la insignia de los ejércitos acampados en las alturas, que brilla en el firmamento del cielo. (Eclesiástico 43, 8)

  • ¡Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra! (Isaías 1, 9)

  • Por eso -oráculo del Señor de los ejércitos, el Fuerte de Israel-: ¡Ay! ¡Me desquitaré de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos! (Isaías 1, 24)

  • Porque habrá un día para el Señor de los ejércitos contra todo lo arrogante y altanero, contra todo lo alto y encumbrado, (Isaías 2, 12)

  • Miren que el Señor de los ejércitos retira de Jerusalén y de Judá toda clase de sustento: todo sustento de pan y todo sustento de agua, (Isaías 3, 1)

  • ¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y trituran el rostro de los pobres?" -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Isaías 3, 15)

  • Porque la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación predilecta. ¡Él esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó justicia, y hay gritos de angustia! (Isaías 5, 7)

  • El Señor de los ejércitos lo ha jurado a mi oído: Sí, muchas mansiones, grandes y hermosas, quedarán desoladas por falta de habitantes. (Isaías 5, 9)

  • pero el Señor de los ejércitos será exaltado por su rectitud, y el Dios santo se mostrará santo por su justicia. (Isaías 5, 16)

  • Por eso, como la lengua de fuego devora la paja y la hierba seca se consume en la llama, así su raíz será como podredumbre y su brote se disipará como el polvo, porque rechazaron la ley del Señor de los ejércitos y despreciaron la palabra del Santo de Israel. (Isaías 5, 24)

  • Y uno gritaba hacia el otro: "¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria". (Isaías 6, 3)

  • Yo dije: "¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!". (Isaías 6, 5)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina