Löydetty 88 Tulokset: Bendición Sacerdotal
Aquel día, estarán juntos los tres, Egipto, Asiria e Israel, y este será una bendición en medio de la tierra. (Isaías 19, 24)
Porque derramaré agua sobre el suelo sediento y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi espíritu sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus vástagos. (Isaías 44, 3)
Así habla el Señor: Cuando se encuentra jugo en un racimo, se dice: "No lo destruyas, porque hay una bendición en él". Yo obraré así a causa de mis servidores, a fin de no destruirlo todo: (Isaías 65, 8)
Haré que ellos y los alrededores de mi colina sean una bendición, y haré caer la lluvia a su debido tiempo, una lluvia de bendición. (Ezequiel 34, 26)
no se aproximarán a mí para ejercer la función sacerdotal, ni se aproximarán a mis cosas santas -las cosas santísimas- sino que cargarán con el oprobio y las abominaciones que cometieron. (Ezequiel 44, 13)
También será para el sacerdote la mejor de todas las primicias y de todas las ofrendas que ustedes presenten. Ustedes entregarán al sacerdote lo mejor de sus moliendas, para que la bendición permanezca sobre tu casa. (Ezequiel 44, 30)
¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios! (Joel 2, 14)
¿Queda aún semilla en el granero? ¿Todavía no han dado nada la vid, la higuera, el granado y el olivo? A partir de este día, yo daré mi bendición. (Ageo 2, 19)
Y así como ustedes, pueblo de Judá y pueblo de Israel, fueron una maldición entre las naciones, así yo los salvaré, y ustedes serán una bendición. ¡No teman! ¡Que sus manos se fortalezcan! (Zacarías 8, 13)
Lleven el diezmo íntegro a la casa del Tesoro, para que haya alimento en mi Casa. Sométanme a esta prueba, dice el Señor de los ejércitos, y verán si no les abro las compuertas del cielo y derramo para ustedes la bendición en abundancia. (Malaquías 3, 10)
Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. (Mateo 14, 19)
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman, esto es mi Cuerpo». (Mateo 26, 26)