Löydetty 177 Tulokset: doce

  • Me pareció bien esa propuesta y tomé de entre ustedes doce hombres, uno por tribu, (Deuteronomio 1, 23)

  • Ahora escojan doce hombres de las doce tribus de Israel, uno por tribu. (Josué 3, 12)

  • «Escoge doce hombres, uno por cada tribu, y dales la orden siguiente: (Josué 4, 2)

  • Saquen doce piedras del lecho del Jordán, del mismo lugar donde estuvieron parados los sacerdotes. Llévenselas y colóquenlas en el lugar donde acamparán esta noche.» (Josué 4, 3)

  • Josué entonces hizo llamar a los doce hombres que había escogido de las doce tribus de Israel y les ordenó: (Josué 4, 4)

  • Los israelitas cumplieron la orden de Josué y retiraron del lecho del Jordán doce piedras, tal como Yavé le había ordenado a Josué, una por cada tribu. Se las llevaron hacia el lugar donde acamparon y allí las depositaron. (Josué 4, 8)

  • Josué amontonó doce piedras en el lecho del Jordán, en el lugar donde permanecieron de pie los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza. Allí quedaron hasta el día de hoy. (Josué 4, 9)

  • Allí, en Guilgal, Josué colocó las doce piedras que habían tomado en el cauce del Jordán, cuando lo atravesaron. (Josué 4, 20)

  • El total de los que cayeron ese día fue de doce mil. (Josué 8, 25)

  • la ciudad de Emona, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas. (Josué 18, 24)

  • e incluyen también a Catat, Nalal, Simrón, Jedalá y Belén; doce ciudades con sus aldeas. (Josué 19, 15)

  • Los hijos de Merarí recibieron para sus familias doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón. (Josué 21, 7)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina