Löydetty 380 Tulokset: derrota de los enemigos

  • Y bendito sea el Dios Altísimo, porque entregó a tus enemigos en tus manos.» Y Abram le dio la décima parte de todo lo que llevaba. (Génesis 14, 20)

  • te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tus descendientes, que serán tan numerosos como las estrellas del cielo o como la arena que hay a orillas del mar. Tus descendientes se impondrán a sus enemigos. (Génesis 22, 17)

  • Y bendijeron a Rebeca, diciendo: «Hermana nuestra, ojalá des vida a multitudes, y que tus descendientes se impongan a sus enemigos.» (Génesis 24, 60)

  • A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tu mano agarrará del cuello a tus enemigos, y tus hermanos se inclinarán ante ti. (Génesis 49, 8)

  • Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no vaya a suceder, que si estalla una guerra, se una a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y escapar del país.» (Exodo 1, 10)

  • Si le escuchas y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. (Exodo 23, 22)

  • Sembraré el terror delante de ti y exterminaré todos los pueblos del país en que tú entrarás; haré que todos tus enemigos huyan ante ti. (Exodo 23, 27)

  • Moisés le contestó: «No son gritos de victoria, ni lamentos de derrota; lo que oigo son cantos a coros.» (Exodo 32, 18)

  • Moisés vio que el pueblo estaba sin freno, porque Aarón se lo había quitado, y que sus enemigos habrían tenido toda la razón al despreciarlo. (Exodo 32, 25)

  • Perseguirán a sus enemigos, que caerán ante ustedes a filo de espada. (Levítico 26, 7)

  • Cinco de ustedes perseguirán a cien de ellos, y cien de ustedes a diez mil de ellos: los enemigos caerán ante ustedes a filo de espada. (Levítico 26, 8)

  • entonces miren lo que haré yo con ustedes. Mandaré sobre ustedes el terror, la peste y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su salud irá en desmedro. Ustedes sembrarán en vano la semilla, pues se la comerán los enemigos. (Levítico 26, 16)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina