Löydetty 258 Tulokset: José
«Cuando hayan pasado el río Jordán, las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín se pondrán en el monte Garizim para repetir las bendiciones sobre el pueblo, (Deuteronomio 27, 12)
Dijo para José: ¡Que Yavé bendiga su tierra con el rocío del cielo y las aguas que surgen del abismo, (Deuteronomio 33, 13)
la tierra generosa y las cosechas abundantes! ¡Descienda sobre la cabeza de José la bendición del que se apareció en la zarza, pues es el elegido entre sus hermanos! (Deuteronomio 33, 16)
José es su toro primogénito: ¡gloria a él! Son sus cuernos, cuernos de búfalo, con los que hiere a todos los pueblos hasta los confines de la tierra. ¡Miren las muchedumbres de Efraím y los millares de Manasés! (Deuteronomio 33, 17)
al lado oriental del Jordán. Por otra parte los levitas no recibieron herencia, pero en lugar de ellos, los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraím. Los levitas no tuvieron tierras sino algunas ciudades para vivir y el campo alrededor para mantener a sus bestias y ganados. (Josué 14, 4)
La tierra que le correspondió por suerte a los hijos de José se extendía al oriente, desde el Jordán, frente a Jericó, por el desierto que desde Jericó sube al norte de Betel. (Josué 16, 1)
Los hijos de José, Manasés y Efraím, se repartieron esta herencia. (Josué 16, 4)
La porción que tocó por suerte a la tribu de Manasés (primogénito de José), fue atribuida a Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, pues era un valiente. (Josué 17, 1)
Obtuvo el país de Galaad y Basán. También fue atribuida una parte a los demás hijos de Manasés, en proporción a sus familias: los hijos de Abiezer, los hijos de Elec, los hijos de Esriel, los hijos de Siquem, los hijos de Jefer y los hijos de Semida: éstos son los hijos varones de Manasés, hijo de José, cabezas de familias. (Josué 17, 2)
Los hijos de José se dirigieron a Josué, y le dijeron: «¿Por qué nos has dado una sola parte y una sola provincia, siendo que somos un pueblo tan numeroso, por la gracia de Yavé?» (Josué 17, 14)
Los hijos de José replicaron: «El país montañoso no nos basta. Y en la llanura los cananeos usan carros armados de hierro, tanto los de Betsán y sus aldeas como los del llano de Jezrael.» (Josué 17, 16)
Entonces dijo Josué a la gente de José, a los hombres de Efraím y Manasés: «Ustedes son un pueblo numeroso y valiente; no tendrán esta sola parte sino que subirán a las montañas y las desmontarán y limpiarán. (Josué 17, 17)