Löydetty 96 Tulokset: Eliseo

  • Eliseo, pues, se fue con ellos y, llegando al Jordán, se pusieron a cortar árboles. (2 Reyes 6, 4)

  • El hombre de Dios le preguntó: «¿Dónde ha caído?» Y le mostraron el lugar. Entonces, Eliseo cortó un palo, lo arrojó allí y el hierro salió a flote. (2 Reyes 6, 6)

  • Eliseo dijo: «Agárralo.» El extendió su mano y lo tomó. (2 Reyes 6, 7)

  • Uno de los oficiales dijo: «No, rey mi señor, nadie de nosotros te ha traicionado, sino que Eliseo, el profeta que hay en Israel, revela a su rey hasta las palabras que tú has dicho en tu dormitorio.» (2 Reyes 6, 12)

  • El rey les respondió: «Vayan, pues, y entérense dónde está y mandaré una expedición para arrestarlo.» Se le dio aviso de que Eliseo estaba en Dotán. (2 Reyes 6, 13)

  • Al día siguiente, el muchacho del hombre de Dios se levantó temprano para salir, y vio a los arameos que rodeaban la ciudad, con sus carros y caballos. Entonces dijo a Eliseo: «Ay, mi señor, ¿qué vamos a hacer?» (2 Reyes 6, 15)

  • Oró Eliseo y dijo: «Yavé, abre sus ojos para que vea.» Abrió Yavé los ojos del muchacho y vio el cerro lleno de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo. (2 Reyes 6, 17)

  • Los arameos bajaron hacia él y nuevamente Eliseo dirigió esta súplica a Yavé: «Haz que no vean.» Yavé, pues, hizo que ya no vieran lo que estaban mirando, según se lo había pedido. (2 Reyes 6, 18)

  • Eliseo les dijo: «No es éste el camino ni ésta la ciudad. Síganme y yo los llevaré donde el hombre que están buscando.» Los llevó a Samaria. (2 Reyes 6, 19)

  • Cuando entraron a Samaria, Eliseo dijo: «Yavé, abre sus ojos para que vean.» Abrió Yavé sus ojos y vieron que estaban dentro de Samaria. (2 Reyes 6, 20)

  • Cuando el rey de Israel los vio, preguntó a Eliseo: «¿Debo matarlos, padre mío?» (2 Reyes 6, 21)

  • El rey juró: «Castígueme el Señor si a Eliseo, hijo de Safat, le queda hoy la cabeza sobre los hombros.» Y el rey mandó un guardia a la casa de Eliseo. (2 Reyes 6, 31)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina