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Quiero recordar aquello y desahogar mi alma; cuando entraba en la casa de Dios como en cortejo noble, al son de gritos de alegría y dando gracias entre la multitud en fiesta. (Salmos 42, 5)
tocad la trompeta en el mes nuevo, en la luna llena, el día de nuestra fiesta. (Salmos 81, 4)
Jonatán fue investido sumo sacerdote el séptimo mes del año 160 en la fiesta de los tabernáculos. Reclutó muchos soldados y fabricó muchas armas. (I Macabeos 10, 21)
Serán días de exención y de franquicia en todo mi reino, y para todos los judíos, todas las fiestas, los sábados, las lunas nuevas, los días señalados y los tres días que preceden y siguen a una fiesta. (I Macabeos 10, 34)
Y ahora, para que celebréis las fiestas de los tabernáculos, en el mes de quisleu, os escribimos el año 188". (II Macabeos 1, 9)
Debiendo celebrar la purificación del templo el día 25 del mes de quisleu, os lo comunicamos para que también vosotros celebréis los tabernáculos y la memoria del fuego, cuando Nehemías, después de reconstruir el templo y el altar, ofreció sacrificios. (II Macabeos 1, 18)
Del mismo modo Salomón celebró ocho días de fiesta. (II Macabeos 2, 12)
Os escribimos cuando nos disponemos a celebrar la fiesta de la purificación. Haréis bien en celebrar estos días. (II Macabeos 2, 16)
el criminal Jasón envió a la fiesta desde Jerusalén espectadores, ciudadanos antioquenos, que llevaban trescientas dracmas de plata para el sacrificio de Hércules; pero dijeron que no convenía emplearlas en el sacrificio, sino en otros gastos. (II Macabeos 4, 19)
Llegó a Jerusalén y, simulando la paz, esperó hasta el sábado. Entonces, viendo a los judíos en fiesta, mandó hacer un desfile militar (II Macabeos 5, 25)
Por el contrario, eran violentamente obligados a celebrar cada mes, con sacrificios, la fiesta del rey; y cuando llegaban las fiestas de Baco, eran forzados a ceñir sus frentes con hiedra, y así tomar parte en las procesiones. (II Macabeos 6, 7)
Durante ocho días celebraron con regocijo la fiesta como la de los tabernáculos, recordando que poco antes habían pasado la fiesta de los tabernáculos en montes y cuevas, como si fueran animales salvajes. (II Macabeos 10, 6)