Fundar 2543 Resultados para: siete hijos de Saúl

  • Pero uno de los Ancianos me dice: «No llores; mira, ha triunfado el León de la tribu de Judá, el Retoño de David; él podrá abrir el libro y sus siete sellos.» (Apocalipsis 5, 5)

  • Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un Cordero, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios, enviados a toda la tierra. (Apocalipsis 5, 6)

  • Y seguí viendo: Cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero de los cuatro Vivientes que decía con voz como de trueno: «Ven». (Apocalipsis 6, 1)

  • Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. (Apocalipsis 7, 4)

  • Vi entonces a los siete Angeles que están en pie delante de Dios; les fueron entregadas siete trompetas. (Apocalipsis 8, 2)

  • Los siete Angeles de las siete trompetas se dispusieron a tocar. (Apocalipsis 8, 6)

  • y gritó con fuerte voz, como ruge el león. Y cuando gritó, siete truenos hicieron oír su fragor. (Apocalipsis 10, 3)

  • Apenas hicieron oír su voz los siete truenos, me dipsonía a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: « Sella lo que han dicho los siete truenos y no lo escribas». (Apocalipsis 10, 4)

  • Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. (Apocalipsis 12, 3)

  • Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús. (Apocalipsis 12, 17)

  • Y vi surgir del mar una Bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas, y en sus cuernos diez diademas, y en sus cabezas títulos blasfemos. (Apocalipsis 13, 1)

  • Luego vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete Angeles, que llevaban siete plagas, las últimas, porque con ellas se consuma el furor de Dios. (Apocalipsis 15, 1)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina