Fundar 871 Resultados para: primer milagro de Jesús
Por tanto, hermanos santos, partícipes de una vocación celestial, considerad al apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe, a Jesús, (Hebreos 3, 1)
Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos. (Hebreos 4, 14)
adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre. (Hebreos 6, 20)
al cual dio Abraham el diezmo de todo, y cuyo nombre significa, en primer lugar, «rey de justicia» y, además, rey de Salem, es decir, «rey de paz», (Hebreos 7, 2)
por eso, de una mejor Alianza resultó fiador Jesús. (Hebreos 7, 22)
Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, (Hebreos 10, 19)
fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12, 2)
y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel. (Hebreos 12, 24)
Por eso, también Jesús, para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de la puerta. (Hebreos 13, 12)
Y el Dios de la paz que suscitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de la ovejas en virtud de la sangre de una Alianza eterna, (Hebreos 13, 20)
En cambio la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. (Santiago 3, 17)
Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. (I Juan 1, 7)