Fundar 1102 Resultados para: Oración de David
Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice: (Mateo 22, 43)
Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?» (Mateo 22, 45)
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. (Marcos 1, 35)
El les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, (Marcos 2, 25)
Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración.» (Marcos 9, 29)
Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (Marcos 10, 47)
Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» (Marcos 10, 48)
¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!» (Marcos 11, 10)
Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos! » (Marcos 11, 17)
Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. (Marcos 11, 24)
Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? (Marcos 12, 35)
David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. (Marcos 12, 36)