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  • exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte". (Génesis 2, 17)

  • Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: 'No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte'". (Génesis 3, 3)

  • Si obras bien podrás mantenerla erguida; si obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo". (Génesis 4, 7)

  • Luego el Señor añadió: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, (Génesis 18, 20)

  • Tú has sido bondadoso con tu servidor y me has demostrado tu gran misericordia, salvándome la vida. Pero yo no podré huir a las montañas, sin que antes caigan sobre mí la destrucción y la muerte. (Génesis 19, 19)

  • Entonces Abimélec llamó a Abraham y le dijo: "¿Qué nos has hecho? ¿En qué te he ofendido, para que nos expusieras, a mí y a mi reino, a cometer un pecado tan grave? Tú has hecho conmigo lo que no se debe". (Génesis 20, 9)

  • y murió en Quiriat Arbá -actualmente Hebrón- en la tierra de Canaán. Abraham estuvo de duelo por Sara y lloró su muerte. (Génesis 23, 2)

  • y este hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre. (Génesis 24, 67)

  • Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac, y este se estableció cerca del pozo de Lajai Roí. (Génesis 25, 11)

  • Y Abimélec dio esta orden a todo el pueblo: "El que toque a este hombre o a su mujer será condenado a muerte". (Génesis 26, 11)

  • En seguida abrió de nuevo los pozos que habían sido cavados en tiempos de su padre, y que los filisteos habían tapado después de la muerte de Abraham, y los llamó con los mismos nombres que les había dado su padre. (Génesis 26, 18)

  • Ellos lo divisaron desde lejos, y antes que se acercara, ya se habían confabulado para darle muerte. (Génesis 37, 18)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina