Fundar 20 Resultados para: heridas

  • Ocozías se cayó por el balcón del piso alto de su casa, en Samaría, y quedó malherido. Entonces envió unos mensajeros con este encargo: "Vayan a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, si me repondré de mis heridas". (II Reyes 1, 2)

  • El rey Jorám volvió a Izreel, para hacerse curar de las heridas que le habían infligido los arameos en Ramá, cuando combatía contra Jazael, rey de Arám. Entonces Ocozías, hijo de Jorám, rey de Judá, bajó a Izreel para visitar a Jorám, hijo de Ajab, que estaba herido. (II Reyes 8, 29)

  • pero tuvo que volver a Izreel para hacerse curar de las heridas que le habían infligido los arameos, mientras combatía contra Jazael, rey de Arám. Jehú dijo: "Si realmente están de acuerdo, que nadie escape de la ciudad para llevar la noticia a Izreel". (II Reyes 9, 15)

  • y este volvió a Izreel para hacerse curar de las heridas que le habían infligido en Ramot, en la batalla contra Jazael, rey de Arám. Ocozías, hijo de Jorám, rey de Judá, bajó a Izreel para visitar a Jorám, hijo de Ajab, que se encontraba enfermo. (II Crónicas 22, 6)

  • Él me aplasta por una insignificancia y multiplica mis heridas sin razón. (Job 9, 17)

  • Mis heridas hieden y supuran, a causa de mi insensatez; (Salmos 38, 6)

  • sana a los que están afligidos y les venda las heridas. (Salmos 147, 3)

  • Estando aún con vida, lleno de ardor, se incorporó sangrando copiosamente, y a pesar de sus graves heridas, pasó corriendo por entre las tropas y se paró sobre una roca escarpada. (II Macabeos 14, 45)

  • ¿Para quién los lamentos? ¿Para quién los quejidos? ¿Para quién las querellas? ¿Para quién los suspiros? ¿Para quién las heridas sin motivo? ¿Para quién la mirada turbia? (Proverbios 23, 29)

  • El que mima a su hijo vendará sus heridas y a cada grito que dé, se le conmoverán las entrañas. (Eclesiástico 30, 7)

  • La embriaguez enfurece al necio hasta el escándalo, disminuye sus fuerzas y le provoca heridas. (Eclesiástico 31, 30)

  • de la planta de los pies a la cabeza, no hay nada intacto: ¡heridas, contusiones, llagas vivas, que no han sido curadas ni vendadas, ni aliviadas con aceite! (Isaías 1, 6)


Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina