Fundar 193 Resultados para: piedras preciosas

  • Los obreros de Salomón, junto con los de Hiram y los guiblitas, cortaron y trabajaron la madera y las piedras para la construcción de la Casa. (1 Reyes 5, 18)

  • La Casa fue construida con piedras labradas de antemano en las mismas canteras, a fin de que en la construcción no se escucharan ni martillazos ni ningún ruido producido por instrumentos de hierro. (1 Reyes 6, 7)

  • Luego edificó el patio interior con tres filas de piedras y, arriba, tablones de cedro. (1 Reyes 6, 36)

  • Incluso los cimientos eran piedras excelentes, grandes piedras de cinco y cuatro metros cada una, (1 Reyes 7, 10)

  • y por encima había piedras selectas, labradas a medida, y madera de cedro. (1 Reyes 7, 11)

  • El patio grande tenía en derredor tres filas de piedras talladas y una fila de tablas de cedro labrado, igual que el patio interior de la Casa de Yavé y su Vestíbulo. (1 Reyes 7, 12)

  • Salomón hizo que la plata fuera tan abundante en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la llanura. (1 Reyes 10, 27)

  • Entonces el rey envió a Adoniram, mayordomo de los trabajadores reclutados por el rey, pero los hombres de Israel le tiraron piedras hasta que murió. El propio Roboam tuvo que subirse a su carro para ir a refugiarse a Jerusalén. (1 Reyes 12, 18)

  • tomó doce piedras, según el número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien Yavé se había dirigido para darle el nombre de Israel, (1 Reyes 18, 31)

  • Elías miró y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras calientes y un jarro de agua. Después que comió y bebió, se volvió a acostar. (1 Reyes 19, 6)

  • Traigan a dos malvados que declaren en su contra: Nabot ha maldecido a Dios y al rey. Y luego échenlo fuera de la ciudad y tírenle piedras hasta que muera.» (1 Reyes 21, 10)

  • Se apoderarán de todas las ciudades fortificadas, cortarán todo árbol frutal, taparán todos los manantiales y echarán piedras en todo campo arado.» (2 Reyes 3, 19)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina