Fundar 165 Resultados para: perdonar enemigo
Cada uno tomó a su enemigo por la cabeza y le clavó la espada en el costado; así murieron todos a la vez. Por eso se llamó a aquel lugar «Campo de los Costados», y está cerca de Gabaón. (2 Samuel 2, 16)
Presentaron la cabeza a David en Hebrón diciéndole: «Aquí tienes la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, el que deseaba tu muerte. Yavé te ha vengado hoy de Saúl y de su descendencia.» (2 Samuel 4, 8)
envió a su hijo Hadoram al rey David, para sa ludarlo y felicitarlo por haber atacado y vencido a Hadadezer, ya que éste era enemigo de Tou. Hadoram llevaba objetos de plata, de oro y de bronce. (2 Samuel 8, 10)
Me libra del enemigo poderoso, de mis adversarios, demasiado fuertes para mí. (2 Samuel 22, 18)
Cuando haya hambre en el país, cuando haya peste, plaga del trigo, langosta o pulgón, cuando el enemigo tenga sitiada una de sus ciudades, en toda calamidad y enfermedad, escúchalos. (1 Reyes 8, 37)
Cuando pequen contra ti, pues no hay hombre que no peque, y tú irritado contra ellos los entregues al enemigo, y sus vencedores los lleven al país enemigo, lejano o próximo, (1 Reyes 8, 46)
Ajab dijo a Elías: «¡Me encuentras aquí, enemigo mío!» Este respondió: «Aquí te encuentro, porque tú has actuado como un pérfido y has hecho lo que no le gusta a Yavé. (1 Reyes 21, 20)
por todo el mal que había hecho y también por la sangre que había derramado, llenando Jerusalén de sangre inocente. Por todo esto Yavé no quiso perdonar. (2 Reyes 24, 4)
Si Israel, tu pueblo, es vencido por el enemigo por haber pecado contra ti, pero se vuelven ellos y alaban tu nombre, rezando y suplicando ante ti en esta Casa, (2 Crónicas 6, 24)
Cuando haya hambre en esta tierra, cuando haya peste, tizón, plaga en los árboles frutales, langostas, o pulgón, cuando su enemigo lo tenga bloqueado en una de sus ciudades, en todo azote y toda enfermedad; (2 Crónicas 6, 28)
Cuando pequen contra ti, pues no hay hombre que no peque, y tú, irritado contra ellos, los entregues al enemigo, y sus conquistadores los lleven cautivos a un país lejano o cercano, (2 Crónicas 6, 36)
Si vienen contigo, Dios te hará caer ante el enemigo, aunque tengas muchas tropas, porque Dios tiene poder para ayudar y para derribar.» (2 Crónicas 25, 8)