Fundar 3104 Resultados para: fe

  • el jefe Cenez, el jefe Temán, el jefe Mabaar, (Génesis 36, 42)

  • el jefe Magdiel, el jefe Iram. Estos son los jefes de Edom, y éstos son los nombres de sus clanes y de las tierras que ocupan. Esaú es el padre de los edomitas. (Génesis 36, 43)

  • Sus hermanos, viendo que su padre le prefería a sus otros hijos, comenzaron a odiarlo hasta tal punto que no podían conversar con él. (Génesis 37, 4)

  • Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!» (Génesis 37, 20)

  • Jacob la reconoció y exclamó: «¡Es la túnica de mi hijo. Algún animal feroz lo ha devorado! ¡José ha sido despedazado!» (Génesis 37, 33)

  • Pero Yavé lo asistió y fue muy bueno con él; hizo que cayera en gracia al jefe de la prisión. (Génesis 39, 21)

  • El jefe de la cárcel no controlaba absolutamente nada de cuanto administraba José, pues decía: «Yavé está con él y hace que le vaya bien en todo». (Génesis 39, 23)

  • Dentro de tres días Faraón te pondrá la cabeza en alto, pues te restablecerá en tu oficio, y volverás a colocar la copa en manos de Faraón, como lo hacías antes, cuando eras jefe de los que preparaban su bebida. (Génesis 40, 13)

  • Al ver el jefe de los panaderos que José había dado una interpretación favorable, le dijo: «Voy a contar ahora mi sueño: Había tres canastos de pan blanco sobre mi cabeza. (Génesis 40, 16)

  • Al tercer día era el cumpleaños de Faraón, y dio un banquete a todos sus servidores. Y cuando estuvo con ellos, se acordó del jefe de los que preparaban las bebidas y del jefe de los panaderos. (Génesis 40, 20)

  • mientras al jefe de los panaderos lo hizo colgar, tal como José lo había interpretado. (Génesis 40, 22)

  • Detrás de ellas salieron otras siete vacas feas y flacas que se pusieron al lado de las primeras a la orilla del río. (Génesis 41, 3)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina