1. Del maestro de coro. Según la... de Gat. De Asaf.

2. ¡Gritad de gozo a Dios, nuestra fuerza, aclamad al Dios de Jacob!

3. ¡Entonad la salmodia, tocad el tamboril, la melodiosa cítara y el arpa;

4. tocad la trompeta al nuevo mes, a la luna llena, el día de nuestra fiesta!

5. Porque es una ley para Israel, una norma del Dios de Jacob;

6. un dictamen que él impuso en José, cuando salió contra el país de Egipto. Una lengua desconocida se oye:

7. «Yo liberé sus hombros de la carga, sus manos la espuerta abandonaron;

8. en la aflicción gritaste y te salvé. «Te respondí en el secreto del trueno, te probé junto a las aguas de Meribá.

9. Escucha, pueblo mío, yo te conjuro, ¡ah Israel, si quisieras escucharme!

10. «No haya en ti dios extranjero, no te postres ante dios extraño;

11. yo, Yahveh, soy tu Dios, que te hice subir del país de Egipto; abre toda tu boca, y yo la llenaré.

12. «Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no me quiso obedecer;

13. yo les abandoné a la dureza de su corazón, para que caminaran según sus designios.

14. «¡Ah!, si mi pueblo me escuchara, si Israel mis caminos siguiera,

15. al punto yo abatiría a sus enemigos, contra sus adversarios mi mano volvería.

16. «Los que odian a Yahveh le adularían, y su tiempo estaría para siempre fijado;

17. y a él lo sustentaría con la flor del trigo, lo saciaría con la miel de la peña.»





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina