Found 880 Results for: culto en espíritu y en verdad
Bajó Yahveh en la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los sententa ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más. (Números 11, 25)
Habían quedado en el campamento dos hombres, uno llamado Eldad y el otro Medad. Reposó también sobre ellos el espíritu, pues aunque no habían salido a la Tienda, eran de los designados. Y profetizaban en el campamento. (Números 11, 26)
Le respondió Moisés: «¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Quién me diera que todo el pueblo de Yahveh profetizara porque Yahveh les daba su espíritu!» (Números 11, 29)
Les contaron lo siguiente: «Fuimos al país al que nos enviaste, y en verdad que mana leche y miel; éstos son sus productos. (Números 13, 27)
Pero a mi siervo Caleb, ya que fue animado de otro espíritu y me obedeció puntualmente, le haré entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la poseerá. (Números 14, 24)
¿Os parece poco que el Dios de Israel os haya apartado de la comunidad de Israel para ponerlos junto a sí, prestar el servicio a la Morada de Yahveh y estar al frente de la comunidad atendiendo al culto en lugar de ella? (Números 16, 9)
Y al alzar los ojos, vio Balaam a Israel acampado por tribus. Y le invadió el espíritu de Dios. (Números 24, 2)
Respondió Yahveh a Moisés: «Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el espíritu, impónle tu mano, (Números 27, 18)
Pero Sijón, rey de Jesbón, no quiso dejarnos pasar por allí porque Yahveh tu Dios le había empedernido el espíritu y endurecido el corazón, a fin de entregarle en tus manos, como lo está todavía hoy. (Deuteronomio 2, 30)
Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo, (Deuteronomio 4, 19)
No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, (Deuteronomio 5, 9)
Destruirás, pues, todos esos pueblos que Yahveh tu Dios te entrega, sin que tu ojo tenga piedad de ellos; y no darás culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti. (Deuteronomio 7, 16)