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  • para darle un asiento entre los nobles, con los grandes de su pueblo. (Salmos 113, 8)

  • Hizo llamar a sus generales y a los más nobles que con él se habían criado desde su juventud y en vida repartió entre ellos su reino. (1 Macabeos 1, 6)

  • Dejó, pues, a Lisias, hombre noble y de familia real, encargado de los asuntos del gobierno desde el río Eufrates hasta la frontera de Egipto, (1 Macabeos 3, 32)

  • Envió a Atenobio, uno de sus amigos, para entrevistarse con él y decirle: «Ustedes han ocupado Jafa, Gazer y la ciudadela de Jerusalén, ciudades de mi reino. (1 Macabeos 15, 28)

  • Atenobio, amigo del rey, llegó a Jerusalén, y viendo la fastuosidad de Simón, su vajilla de oro y plata y el aparato con que se rodeaba, quedó maravillado. Pero le comunicó las palabras del rey. (1 Macabeos 15, 32)

  • Atenobio no respondió nada, pero se volvió furioso donde el rey y le comunicó la respuesta; lo enteró de la fastuosidad de Simón y de todo lo que había visto, así que el rey se enfureció. (1 Macabeos 15, 36)

  • El rey se conmovió y se puso triste, e incluso lloró al recordar la personalidad y la noble conducta del difunto. (2 Macabeos 4, 37)

  • Eleazar, uno de los principales maestros de la Ley, ya anciano y de noble aspecto, fue obligado, abriéndole la boca a la fuerza, a comer carne de cerdo. (2 Macabeos 6, 18)

  • El prefirió tomar una noble resolución que correspondía a su ancianidad y a la vida irreprochable que había llevado desde su niñez. Pero, sobre todo por respeto a las santas leyes establecidas por Dios, respondió que mejor lo enviaran al lugar de los muertos. Y añadió: «A nuestra edad sería indigno disimular, (2 Macabeos 6, 23)

  • Y con su muerte dejó un ejemplo de nobleza y un monumento de virtud y fortaleza, no solamente a los jóvenes sino a toda la nación. (2 Macabeos 6, 31)

  • Por encima de todo se debe admirar y recordar a la madre de ellos, que vio morir a sus siete hijos en el espacio de un día. Lo soportó, sin embargo, e incluso con alegría, por la esperanza que ponía en el Señor. Llena de nobles sentimientos, (2 Macabeos 7, 20)

  • Prefirió morir valerosamente antes que caer en manos extrañas y sufrir ultrajes indignos de su noble origen. (2 Macabeos 14, 42)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina