1. Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas contigo mis mandamientos,

2. prestando oído a la sabiduría e inclinando tu corazón al entendimiento;

3. si llamas a la inteligencia y elevas tu voz hacia el entendimiento,

4. si la buscas como si fuera plata y la exploras como un tesoro,

5. entonces comprenderás el temor del Señor y encontrarás la ciencia de Dios.

6. Porque el Señor da la sabiduría, de su boca proceden la ciencia y la inteligencia.

7. Él reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que caminan con integridad;

8. él protege los senderos de la equidad y cuida el camino de sus fieles.

9. Entonces comprenderás la justicia y la equidad, la rectitud y todas las sendas del bien.

10. Porque la sabiduría penetrará en tu corazón y la ciencia será la delicia de tu alma;

11. la reflexión cuidará de ti y la inteligencia te protegerá,

12. para librarte del mal camino, del hombre que habla con perversidad;

13. de los que abandonan los senderos de la rectitud, para tomar por caminos tenebrosos;

14. de los que gozan haciendo el mal y se regocijan en las perversiones de la maldad;

15. de los que van por caminos tortuosos y por senderos retorcidos.

16. Así te librarás de la mujer ajena, de la extraña que se vale de palabras seductoras,

17. que abandona al amigo de su juventud y olvida la alianza de su Dios:

18. su casa se hunde en la muerte y sus senderos van hacia las Sombras;

19. los que entren en ella no podrán volver atrás ni alcanzarán los senderos de la vida.

20. Así tú irás por el camino de los buenos y seguirás el sendero de los justos,

21. porque los rectos habitarán la tierra y los hombres íntegros permanecerán en ella.

22. Pero los malvados serán extirpados de la tierra y los traidores serán arrancados de ella.





“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina