Gefunden 202 Ergebnisse für: Tiendas del Encuentro

  • Dijo para Zabulón: Sé feliz, Zabulón, cuando viajes, y tú, Isacar, en tus tiendas. (Deuteronomio 33, 18)

  • Yo y toda la gente que está conmigo, nos acercaremos a la ciudad. Pero, cuando ellos nos salgan al encuentro, como sucedió recién, huiremos ante ellos. (Josué 8, 5)

  • Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: «Vente por acá, mi señor, no temas.» Sísara entró y Yael lo escondió bajo una manta. El le pidió un poco de agua para calmar la sed. (Jueces 4, 18)

  • Cuando llegó Barac, Yael le salió al encuentro y le dijo: «Ven, que te mostraré al hombre que buscas.» El entró y vio a Sísara muerto con la estaca en la cabeza. (Jueces 4, 22)

  • Bendita entre las mujeres Yael, mujer de Heber, el quenita; entre las mujeres que habitan en tiendas, ¡bendita seas! (Jueces 5, 24)

  • porque subían numerosos como langostas, con sus ganados y sus tiendas. Ellos y sus camellos eran innumerables e invadían el país para saquearlo. (Jueces 6, 5)

  • Envió mensajeros por todo el territorio de Manasés, que se unió a él, e igualmente la gente de Aser, Zabulón y Neftalí, que le salieron al encuentro. (Jueces 6, 35)

  • Gedeón mandó también mensajeros por todos los cerros de Efraím para decir: «Bajen al encuentro de Madián y córtenles los vados hasta Bet-Bará y a lo largo del Jordán.» Acudieron, pues, todos los hombres de Efraím y ocuparon los vados hasta Bet-Bará y a lo largo del Jordán. (Jueces 7, 24)

  • por la mañana temprano, cuando salga el sol, te levantas y te lanzas contra la ciudad. Y cuando salga Gaal a tu encuentro con su gente, harás con él lo que quieras.» (Jueces 9, 33)

  • «Si me das la victoria, te sacrificaré el primero de los míos que salga de mi casa a mi encuentro cuando vuelva del combate. Este será para Yavé y te lo sacrificaré por el fuego.» (Jueces 11, 31)

  • Cuando Jefté volvió a su casa en Mizpá, su hija le salió al encuentro; tan contenta estaba de ver a su padre, que bailaba, acompañándose de su pandereta. Era la única; fuera de ella no había hijas o hijos. (Jueces 11, 34)

  • Cuando llegaban a Lejí, los filisteos corrieron a su encuentro con gritos de triunfo, pero el espíritu de Yavé vino sobre él: las cuerdas que lo amarraban fueron como hilos de lino quemados al fuego y las ligaduras se deshicieron en sus brazos. (Jueces 15, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina