Encontrados 74 resultados para: seres vivientes

  • Iban hacia donde los impulsaba el espíritu; y las ruedas también se elevaban, porque el espíritu de los seres estaba en las ruedas. (Ezequiel 1, 20)

  • Cuando andaban ellos, andaban las ruedas; y cuando se paraban ellos, se paraban también las ruedas; cuando ellos se elevaban de la tierra, se elevaban también ellas, porque el espíritu de los seres estaba en las ruedas. (Ezequiel 1, 21)

  • Sobre los seres había una especie de firmamento, esplendoroso como un cristal extendido por encima de sus cabezas, (Ezequiel 1, 22)

  • y bajo el firmamento estaban extendidas sus alas una junto a otra, mientras que las otras dos alas de cada uno de los cuatro seres les cubrían el cuerpo. (Ezequiel 1, 23)

  • era el rumor de las alas de aquellos seres al batir una con otra y el ruido de las ruedas como el ruido de gran terremoto. (Ezequiel 3, 13)

  • Aquellos seres eran los mismos que yo había visto debajo del Dios de Israel, junto al río Quebar, y comprendí que eran querubines. (Ezequiel 10, 20)

  • Ésta es la sentencia que dictan los vigilantes, la orden decidida por los santos, a fin de que sepan los vivientes que el altísimo domina sobre el imperio de los hombres; a quien quiere se lo da y eleva a él al más humilde de los hombres. (Daniel 4, 14)

  • para que al nombre de Jesús doblen su rodilla los seres del cielo, de la tierra y del abismo, (Filipenses 2, 10)

  • disponeos como piedras vivientes, a ser edificados en casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer víctimas espirituales agradables a Dios por mediación de Jesucristo; (I Pedro 2, 5)

  • especialmente los que siguen los deseos impuros de la carne y desprecian la autoridad del Señor. Atrevidos y arrogantes, no tienen miedo en blasfemar contra los seres gloriosos, (II Pedro 2, 10)

  • De un modo semejante, también estos, alucinados en sus delirios, manchan su cuerpo, desprecian la autoridad del Señor y blasfeman contra los seres gloriosos. (Judas 1, 8)

  • Delante del trono había como un mar transparente, como de cristal; en medio del trono y alrededor, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. (Apocalipsis 4, 6)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina