Encontrados 4489 resultados para: reino de Dios

  • Después de esto oí en el cielo la voz de una gran multitud que decía: ¡Aleluya! La victoria, la gloria y el poder a nuestro Dios, (Apocalipsis 19, 1)

  • Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron de rodillas y adoraron a Dios, que está sentado sobre el trono, diciendo: Amén. ¡Aleluya! (Apocalipsis 19, 4)

  • Y una voz que salía del trono, decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, todos sus fieles, pequeños y grandes. (Apocalipsis 19, 5)

  • Luego oí como una voz de potentes truenos, que decía: ¡Aleluya! El Señor, nuestro Dios, todopoderoso, ha establecido su reino. (Apocalipsis 19, 6)

  • Y el ángel me dijo: "Dichosos los invitados al banquete de las bodas del cordero". Y añadió: "Estas palabras de Dios dicen la verdad". (Apocalipsis 19, 9)

  • Yo caí a sus pies para adorarle, pero él me dijo: "No lo hagas; yo soy un siervo como tú y tus hermanos, que dan el testimonio de Jesús. Adora a Dios" (dar testimonio de Jesús es tener espíritu de profecía). (Apocalipsis 19, 10)

  • está vestido con un manto teñido de sangre, y su nombre es la palabra de Dios. (Apocalipsis 19, 13)

  • De su boca sale una espada afilada para herir a las naciones; él las regirá con vara de hierro; él pisa el lagar del vino de la ardiente ira del Dios todopoderoso. (Apocalipsis 19, 15)

  • Después vi un ángel puesto de pie en el sol, que gritó con voz potente a todas las aves que volaban en el cielo: "Venid y reuníos para el gran banquete de Dios, (Apocalipsis 19, 17)

  • Vi también unos tronos; a los que se sentaron sobre ellos, les dieron el poder de juzgar. Vi a los que habían sido degollados por dar testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni su estatua y no habían recibido la marca ni en sus frentes ni en sus manos. Éstos vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20, 4)

  • Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección; sobre éstos no tiene poder la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, con el que reinarán mil años. (Apocalipsis 20, 6)

  • Y vi a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo del lado de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo. (Apocalipsis 21, 2)


“Cuide de estar sempre em estado de graça.” São Padre Pio de Pietrelcina