Encontrados 258 resultados para: libro sagrado

  • El resto de la historia de Menajén y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 21)

  • El resto de la historia de Pecajías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 26)

  • El resto de la historia de Pécaj y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 31)

  • El resto de la historia de Jotán y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 15, 36)

  • El resto de la historia de todo lo que hizo Acaz está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 16, 19)

  • Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. (II Reyes 17, 16)

  • El resto de la historia de Ezequías, sus hazañas y cómo construyó la alberca y el acueducto para conducir las aguas a la ciudad, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 20, 20)

  • Reconstruyó las colinas que su padre Ezequías había destruido; levantó altares a Baal, y un cipo sagrado, como había hecho Acaz, rey de Israel; adoró a todos los astros del cielo y les rindió culto. (II Reyes 21, 3)

  • El resto de la historia de Manasés, todo lo que hizo y el pecado que cometió está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 21, 17)

  • El resto de la historia de Amón, todo lo que hizo, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 21, 25)

  • Jelcías, el sumo sacerdote, dijo a Safán, el secretario: "He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor". Jelcías dio el libro a Safán, quien lo leyó. (II Reyes 22, 8)

  • Después le comunicó la noticia: "El sacerdote Jelcías me ha dado un libro". Y Safán lo leyó en presencia del rey. (II Reyes 22, 10)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina