Encontrados 262 resultados para: libro abierto

  • vio el cielo abierto y un objeto a modo de un gran lienzo, que colgado de las cuatro puntas descendía hacia la tierra; (Hechos 10, 11)

  • Cuando llegaron, reunieron a la Iglesia y contaron todo lo que había hecho Dios por medio de ellos, y cómo había abierto a los paganos la puerta de la fe. (Hechos 14, 27)

  • Sepulcro abierto es su garganta, con sus lenguas urdieron engaños, veneno de áspides bajo sus labios. (Romanos 3, 13)

  • Como dice en el libro de Oseas: Llamaré al que no es mi pueblo, pueblo mío; y a la no amada, amada. (Romanos 9, 25)

  • pues se me ha abierto una puerta grande y prometedora para mi trabajo, aunque tengo muchos en contra. (I Corintios 16, 9)

  • Él es quien nos libró de aquel peligro mortal y nos seguirá librando. Esperamos que lo siga haciendo en adelante (II Corintios 1, 10)

  • Y a ti, leal compañero, te ruego que prestes tu ayuda a éstas, que han trabajado mucho en el evangelio conmigo y con Clemente y demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. (Filipenses 4, 3)

  • en las persecuciones y en los sufrimientos que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, donde tantas penalidades tuve que sufrir; pero de todas ellas me libró el Señor. (II Timoteo 3, 11)

  • El Espíritu Santo quería demostrar con esto que el camino del santuario no estaba abierto mientras subsistiese el primer tabernáculo. (Hebreos 9, 8)

  • En efecto, Moisés, después de haber promulgado ante el pueblo todos los mandamientos según estaban escritos en la ley, tomó la sangre de machos cabríos y de becerros, con agua, lana escarlata y el hisopo, y roció con ella el libro mismo y a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)

  • Entonces dije: Aquí estoy yo para hacer tu voluntad, como en el libro está escrito de mí. (Hebreos 10, 7)

  • y libró al justo Lot, entristecido ante la conducta lujuriosa de aquellos hombres desenfrenados ( (II Pedro 2, 7)


“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina